Cómo ahorrar para tus hijos: desde los artículos de bebé hasta la universidad

Averiguar cómo ahorrar para tus hijos puede darles un buen empujón en la vida. Tanto si quieres calcular cómo ahorrar para su universidad o enseñarles a tener independencia financiera, cuanto antes des el primer paso, mejor.

¿No sabes por dónde empezar? Te explicamos cómo ahorrar para que el futuro de tus hijos sea más seguro.

Según la ONG británica Child Poverty Action Group, desde que nacen hasta los 18 años, un hijo promedio le cuesta 205 000 € a los progenitores solteros y 167 000 € a las parejas. Sin embargo, estas cifras no tienen en cuenta lo que vale la universidad y otros gastos educativos, como los colegios privados.

Además del precio de la matrícula de la universidad, también hay que incluir el alojamiento si tienen que irse lejos de casa. Además, si tus hijos quieren estudiar fuera de la UE o no son ciudadanos de la UE, ten por seguro que su matriculación te costará mucho más dinero.

Imagínate, por ejemplo, que tu hija es ciudadana de la UE y quiere estudiar en Norteamérica. Una carrera de cuatro años en una universidad privada, matrícula y alojamiento incluidos, vale nada más y nada menos que 185.000 €. Aunque tus hijos eviten estas matrículas exorbitadas estudiando en la UE, tendrás que gastarte unos 48.000 € en alojamiento si no viven contigo.

Por todo ello, calcular cómo ahorrar para la universidad y la educación de tus hijos es vital. Te ofrecemos unos cuantos consejos para que puedas empezar.

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Los estudios demuestran que, simplemente poniéndole nombre a tu cuenta, aumentarás tus probabilidades de alcanzar tus objetivos financieros. Y es que, de este modo, se crea una conexión emocional entre tú y tus objetivos de ahorro, que a veces parecen demasiado abstractos. Si abres una cuenta y la llamas, por ejemplo, «fondo para la universidad», no solo aumentarás tus probabilidades de ingresar dinero todos los meses, sino también de alcanzar tus objetivos de ahorro.

Cuando quieras abrir una cuenta de ahorro especial para la universidad, lo mejor es escoger la que más intereses te ofrezca. Si escoges una cuenta que te ofrezca, por ejemplo, un 1 % de interés anual, ahorrando 7.000 € durante tu primer año obtienes un interés adicional de 70 €. Aunque no parezca mucho, gracias a los intereses compuestos, podrás amasar una buena suma a lo largo de 18 años.

Un error que suele cometer mucha gente es pensar que el patrimonio que posee hace las veces de cuenta de ahorro. Debido a la inestabilidad del mercado inmobiliario y la economía, no puedes garantizar que el dinero que ganes vendiendo tu hogar cubra los gastos de tus hijos.

Con esta incertidumbre, la clave del éxito reside en pensar a largo plazo y planificar para ti y para tus hijos. Te contamos por qué.

Aunque parezca una contradicción, si te centras en ti y en tu pareja (si la tienes), sentarás las bases del éxito de tus hijos sin apenas darte cuenta. Esto se traduce en lo siguiente:

• redactar un testamento para proporcionarles seguridad a tus hijos y a tu pareja, en caso de fallecer prematuramente;
• contratar un seguro de vida para garantizar que tus hijos y tu pareja tengan dinero si falleces;
• o priorizar tu fondo de pensiones por encima del fondo de la universidad de tus hijos, ya que puedes pedir un crédito avalado en el primero, pero no en el segundo. Además, aunque ahorrar para la educación de tus hijos parezca una empresa encomiable, si no te has asegurado tu futuro a largo plazo, tus hijos tendrán que mantenerte cuando alcances la tercera edad, lo cual les supondrá una enorme carga financiera.

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Para ahorrar con eficacia para ti y, por extensión, para tus hijos, es imprescindible que tengas una visión clara de tu contabilidad mensual. Es decir, elaborar un presupuesto mensual para saber adónde va a parar tu dinero cada mes. Para crear un presupuesto, solo tienes que seguir estos pasos:

• Pregúntate por qué quieres un presupuesto: visualiza tus objetivos con claridad, ya que esto te ayudará a cumplir tus objetivos financieros.
• Haz un seguimiento de tus gastos, es decir, realiza un seguimiento de tus ingresos mensuales en comparación con todos tus gastos mensuales.
• Clasifica tus gastos en fijos y variables, es decir, gastos esenciales y no esenciales: los gastos fijos abarcan partidas como el alquiler y las facturas de consumos; los variables incluyen el dinero que te gastas en ocio, suscripciones a servicios y compras en el supermercado.
• Decide cuánto quieres empezar a ahorrar cada mes: plantéate la posibilidad de seguir un plan como el presupuesto 50/30/20 y averigua dónde puedes empezar a recortar tus gastos variables, como por ejemplo, lo que gastas cada semana en el súper.
• Evalúa la consecución de tus objetivos presupuestarios cada mes para ver si tienes que ajustar tus metas.

Una idea perfecta para ahorrar dinero rápido para tus hijos es vender sus artículos usados cuando dejen de usarlos. La cantidad de cosas que tienes que comprarles a tus hijos a medida que van creciendo es abrumadora y supone un porcentaje considerable de sus gastos.

Por ello, si te acostumbras a vender artículos que no utilicen (ropa, libros, cunas, asientos para el coche, juguetes, etc.), al menos podrás recuperar una parte de ese dinero. La mejor forma de hacerlo es utilizar plataformas de reventa como eBay o Amazon, ya que son seguras y fáciles de manejar.

Una de las mejores formas de ahorrar para tus hijos es animarles a tener independencia financiera desde bien pequeñitos. Si les enseñas el valor del dinero y cómo ahorrarlo, puede que incluso los motives a costearse la universidad por sí mismos y sentarás las bases de su éxito financiero a largo plazo.

Si le das una paga a tus hijos cada semana, aunque sea un importe mínimo, pueden aprender el valor del ahorro. Una buena forma de conseguirlo es darles cuatro huchas distintas, cada una con una función específica:

• una para invertir, que podrán utilizar dentro de unos años (p. ej., para una bicicleta que podrán montar dentro de dos años);
• otra para ahorrar, que puede emplearse para ahorrar para un artículo más caro en el futuro más cercano (p. ej., un juguete que vale bastante dinero);
• otra para gastos diarios (p. ej., para comprarse una bolsa de golosinas de vez en cuando);
• y otra para donativos (p. ej., a ONG locales).

Si tus hijos ya están más creciditos, quizás deberías plantearte abrirles su propia cuenta de ahorro infantil. Aunque tendrás que abrir la cuenta en su nombre, muchos bancos ofrecen cuentas de ahorro concebidas especialmente para niños. La mayoría de estas cuentas incluyen un máximo de gastos diarios para evitar que tus hijos derrochen todos sus ahorros de una sentada.

Además, si abres una cuenta de ahorro infantil te resultará más fácil supervisar los hábitos de gasto de tus hijos. Así, podréis repasar sus gastos mensuales juntos y tú podrás enseñarles el valor de administrarse.

Por otro lado, si lo que quieres es que tus hijos tengan independencia financiera, lo mejor que puedes hacer es servirles de ejemplo. Si tienes tus finanzas controladas y les explicas cómo funciona vuestro presupuesto doméstico, les enseñarás el valor del dinero y la importancia de ser responsable. Se familiarizarán con la jerga financiera a una edad temprana, la entenderán y tendrán más seguridad en sí mismos cuando tengan que tomar sus propias decisiones de mayores.

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Uno de los componentes de nuestra cuenta sin comisiones es la función Espacios, que te permite crear varias subcuentas, cada una centrada en un objetivo de ahorro distinto, para que puedas estar al tanto de tu presupuesto y tus objetivos de ahorro cada mes.