Mujeres y educación financiera: cerrando la brecha de género
La educación financiera es crucial para mujeres construir riqueza y asegurar su futuro. Sin embargo, muchas carecen de conocimientos. Exploraremos causas y soluciones.
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En las últimas décadas se han visto importantes avances en cuanto a una igualdad real para las mujeres, pero aún queda mucho camino por recorrer. Las mujeres en Europa ganan un 12,7 % menos que los hombres. Son más susceptibles de sufrir discriminación en el trabajo, así como de trabajar en sectores en los que su actividad está mal pagada. Por término medio, también cuentan con una educación financiera menor que los hombres. La educación financiera se considera una clave importante para lograr la igualdad de género. Cuanta más información tengan las mujeres sobre las finanzas —desde la elaboración de presupuestos a las inversiones—, más probabilidades tendrán de tomar decisiones sobre su dinero. Sin embargo, los datos muestran que las mujeres en cualquier parte del mundo tienen una menor educación financiera que los hombres, fenómeno que se conoce como la brecha de género en educación financiera. Y no se trata de un problema individual sino estructural, ya está arraigado en la historia, la política y la cultura. Pero por suerte se respiran aires de cambio, que están impulsando el avance hacia una igualdad real de condiciones. Vamos a profundizar en la brecha de género en educación financiera, en sus causas y en cómo podemos contribuir para combatirla.La educación financiera es la capacidad de comprender y aplicar eficazmente a nuestra vida diferentes habilidades financieras, que incluyen temas como finanzas personales, presupuestación, ahorros e inversión. La educación financiera puede ser tan sencilla como lo es saber gestionar un presupuesto doméstico. Pero va mucho más allá y se extiende hasta la gestión de deudas, la solicitud de un préstamo, la planificación de la jubilación, la inversión y, sobre todo, la comprensión de conceptos financieros más complejos, como el interés compuesto. Nuestro bienestar financiero surge de nuestra capacidad para informarnos y formarnos, diferenciar los buenos consejos de los malos y hacernos cargo de nuestro dinero. Cuanto más sepas de finanzas, más oportunidades tendrás de construir tu riqueza y de prepararte para triunfar a largo plazo. Por norma general, las personas que saben de finanzas ahorran más para la jubilación, tienen mayor riqueza y son capaces de invertir sabiamente. También es menos probable que tomen decisiones financieras arriesgadas o que se conviertan en víctimas de fraudes financieros. Para las mujeres, no disponer de una educación financiera sólida puede significar que tengan problemas para gestionar correctamente su dinero, para beneficiarse de determinados productos financieros que hagan crecer su riqueza, para crear un fondo de emergencia o, incluso, para montar un negocio. Todo esto limita la capacidad de tener independencia financiera, que ayuda a las mujeres a superar situaciones inesperadas, a sentirse más seguras y a no tener que depender de una pareja o un familiar para subsistir. En todo el mundo, las mujeres obtienen peores resultados que los hombres en lo que respecta a la educación financiera. Según un estudio realizado en 2020 por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos, OCDE, de media, los hombres obtienen mejores resultados que las mujeres en las pruebas de educación financiera, superándolas en 4 puntos sobre 100. Sin embargo, en algunos países esta diferencia es superior a 10 puntos. De los 16 países participantes en el estudio, no ha habido ni uno solo en el que las mujeres hayan obtenido mejores resultados que los hombres. Una encuesta realizada en 2022 por el Instituto TIAA sobre Educación Financiera a mujeres estadounidenses reveló que, por término medio, las mujeres responden correctamente solo al 45 % de las preguntas de finanzas personales, mientras que los hombres obtienen mejores resultados, con un 55 % de respuestas correctas. ¡Y en Europa la situación no es muy distinta! Un estudio realizado en 2023 por Allianz sobre siete países europeos indicó que, por término medio, las mujeres respondieron correctamente a 3,7 de las 9 preguntas de la investigación, mientras que la media en los hombres se situaba en 4,5. El estudio de Allianz apunta a que algunos niveles de educación financiera dependen de quién toma las decisiones financieras en casa. Asimismo, demuestra que en los países en los que las mujeres toman este tipo de decisiones más a menudo, estas disponen de un mayor conocimiento financiero. Esta brecha educativa también tiene implicaciones en cuanto al ahorro, la elaboración de presupuestos y las inversiones. Según N26, las mujeres invierten un 29 % menos que los hombres, siendo la falta de dinero uno de los principales obstáculos para el 45 % de las mujeres que invierten y para el 54 % de las que no. Aquí, la educación vuelve a ser determinante: menos de la mitad —el 48 %— de todas las mujeres que invierten consideran que tienen conocimientos sobre inversiones, en comparación con el 59 % de los hombres. Como hemos visto, es bastante evidente que los hombres y las mujeres tienen distintos niveles de educación financiera. Pero para desarrollar políticas y estrategias que reduzcan esta brecha, es fundamental que entendamos lo que hay detrás de esta diferencia. Vamos a analizar cinco razones que explican este problema.Si miramos más allá, podemos ver que la brecha en educación financiera forma parte de una historia mucho más amplia sobre los privilegios que se han concedido a hombres y mujeres en la sociedad. En Alemania, hasta 1958 las mujeres no podían abrir una cuenta bancaria, en Francia no se logró hasta 1965 y en España, hasta 1975. Además, con frecuencia se las excluía de la posibilidad de realizar un trabajo remunerado, eran discriminadas en el sistema educativo y se esperaba de ellas que se quedaran en casa para formar una familia. Desde entonces, las cosas han cambiado, pero esta historia puede ayudarnos a explicar por qué las mujeres tienen una educación financiera inferior a los hombres. Cuando son los hombres los que durante generaciones se encargan de gestionar el dinero, mientras que a las mujeres se las deja al margen, se producen claras consecuencias para las sociedades en general. Y, lamentablemente, la situación no está cambiando al ritmo que debería. De acuerdo con el Informe Europeo de Pagos de Consumidores de 2021, el 26 % de las mujeres sienten que no reciben una educación financiera adecuada que les permita tomar decisiones, en comparación con sólo el 19 % de los hombres. Incluso los progenitores reconocen que enseñan más a sus hijos sobre el dinero que a sus hijas. Las personas que tienen una mayor educación financiera también son más ricas, aunque ni la riqueza ni la educación financiera existen sin contexto. Estas se determinan, al menos en parte, por las brechas en cuanto a la distribución de la riqueza. En Europa, las mujeres ganan, de media, casi un 13 % menos que los hombres, y no nos olvidemos que la brecha de la riqueza entre géneros también es notable. Según un estudio realizado en 2019 por la entidad Credit Suisse, a lo largo de su vida, las mujeres acumulan, por término medio, 100.000 € menos de riqueza que los hombres. Y además, a pesar de ganar menos, las mujeres tienen, de promedio, una esperanza de vida superior que los hombres. No obstante, debido a la diferencia salarial entre géneros y a que es más común que sean ellas las que dejan el trabajo remunerado para cuidar de un familiar o dedicarse a la crianza, las mujeres son más susceptibles de tener problemas financieros y de llegar a la jubilación con unos ahorros insuficientes. A esto se le suma el famoso “techo de cristal”: las mujeres tienen una menor representación en los puestos de dirección, sobre todo en el sector de las finanzas. Este es especialmente el caso de las personas del colectivo LGBTQ y las mujeres pertenecientes a minorías. El hecho de no poder exponerse a los asuntos financieros habituales en los puestos de dirección, también puede contribuir a que las mujeres tengan menos competencia financiera.Los estudios demuestran, incesantemente, que a las mujeres les falta confianza cuando se trata de educación financiera, y lo más llamativo de esto es que sucede incluso cuando saben mucho del tema. Un estudio realizado en 2021 por el Global Financial Literacy Excellence Center reveló que las mujeres tienden a responder a las preguntas sobre educación financiera de una manera desmedida con «no sé».Y, sorprendentemente, al eliminar esta posible respuesta, solían responder correctamente. Esto significa, tal como reveló un estudio de 2021 realizado por el Global Financial Literacy Excellence Center, que una gran parte de la brecha de la competencia financiera se debe a la falta de confianza, más que a la falta de conocimientos. No debe sorprendernos, porque las mujeres han aprendido a minimizar sus conocimientos. Y como las finanzas suelen ser un sector dominado por ellos, ellas no suelen sentirse seguras en sus competencias. Así que, la falta de confianza tiene consecuencias en el comportamiento financiero de las mujeres, pero también en sus ingresos y en su riqueza. Por ejemplo, las mujeres son menos propensas que los hombres a pedir un aumento o a luchar por el salario que se merecen.El 58 % de las mujeres casadas en relaciones heterosexuales tienden a delegar las decisiones de planificación financiera en sus parejas masculinas, aunque sean ellas las que ganan más. Es lógico que si los hombres se especializan en tomar decisiones financieras tanto dentro como fuera del hogar, sean ellos quienes adquieran una mayor competencia financiera. Pero los estereotipos de género anticuados tienen un problema añadido en cuanto a la educación financiera y es que también se produce una brecha en lo que respecta a la atención y los cuidados. Los datos revelan que las mujeres con un trabajo remunerado dedican más tiempo de su vida a tareas de atención y cuidados, un fenómeno que se conoce como la penalización por maternidad. Cuanto más tiempo dediquen las mujeres a los cuidados de sus hijos o de sus familiares, menos tiempo tendrán para dedicarse a obtener ingresos y para formarse en temas financieros, lo que hace que tengan menos conocimientos financieros y más dependencia de sus parejas para su seguridad monetaria. Todo esto tiene graves consecuencias, ya que las mujeres tienen un 80 % más de probabilidades de jubilarse en la pobreza que los hombres.A muchas mujeres se les han hecho creer que no tienen los conocimientos suficientes para gestionar sus finanzas. Estereotipos culturales y etiquetas como la «cazafortunas», la «adicta a las compras» y, ¿cómo no?, las nuevas (y desconcertantes) tendencias como #GirlMath tienen un efecto acumulativo en la autoestima de las mujeres, que terminan creyéndose el cuento de que los económicos no son lo suyo. Hay estudios que también respaldan esto. Una investigación realizada en 2021 demuestra que la amenaza de los estereotipos es un aliado tanto de la brecha racial, como de la brecha de género en el rendimiento académico. Uno de los elementos del estudio reveló que las mujeres que recibieron información negativa sobre el rendimiento basado en el género antes de un examen obtuvieron peores resultados que las del grupo de control. Lo que está claro es que cuanto más perpetuemos estos mitos tóxicos de que a las mujeres se les dan mal las matemáticas, de que se casan por dinero o de que no pueden controlar sus impulsos a la hora de comprar, más las estaremos obstaculizando —psicológica y socialmente— para lograr un éxito financiero real. Las razones de la brecha de género en educación financiera son complejas, y aunque no haya ningún camino concreto para cerrar esta brecha, sí que hay cosas que podemos hacer, tanto de manera individual como colectiva, para mejorar la situación. Lo más importante que puedes hacer a nivel personal es acortar las brechas en tu propia educación financiera y garantizar que tus finanzas van por buen camino. Busca oportunidades para seguir formándote: asiste a seminarios web, reuniones y otros recursos financieros que te empoderen, y en paralelo empieza a preparar un presupuesto sólido, así como un fondo de emergencia, y ahorra para la jubilación.Otra forma muy interesante de mejorar tu educación financiera es hablar abiertamente sobre el dinero. Cuanta menos vergüenza sintamos al hablar sobre nuestras finanzas, más difícil será que caigamos en patrones insanos. De hecho, hablar de tus finanzas con tus compañeros puede desvelar las desigualdades y darte la confianza que necesitas para tomar las riendas de tu futuro financiero, ya sea consiguiendo un aumento de sueldo, aprendiendo a invertir o trabajando para lograr cualquier otro objetivo financiero. ¿Y qué podemos hacer de manera colectiva? Pues lo primero y esencial que deberíamos hacer es ser conscientes de que promover la educación financiera empieza mejorando la educación que reciben las mujeres de todas las edades. Los progenitores y los docentes, particularmente, tienen un rol vital para que las mujeres puedan empezar a tener confianza en ellas mismas cuando se trata de dinero. Gracias a una investigación realizada en Tailandia, sabemos que cuanto menor sea la brecha de género en cuanto al salario y la riqueza, mejor será la educación financiera de las mujeres. Estas son cuestiones que no podemos abordar en solitario. No obstante, sí que podemos hacer que nos escuchen y mediar para conseguir políticas, como el hecho de obtener el mismo salario por el mismo trabajo, permisos pagados por maternidad o paternidad, cuidado de los hijos asequible y, por supuesto, una mejor educación financiera para cualquiera. Por último, no dejes que nadie te haga sentir que vales menos cuando se trata de tus finanzas. Nos merecemos un mundo en el que podamos disfrutar de las mismas oportunidades de éxito en las finanzas. Y, sí, es algo en lo que podemos trabajar si nos unimos.
¿Quieres saber más sobre la igualdad de género y las finanzas? En nuestro blog encontrarás una gran variedad de artículos tanto en inglés como en español elaborados para educar, empoderar e inspirar. Lee las entrevistas con las expertas financieras Nazila Jafari, Patrizia Laeri y Finanzfreundinnen, y explora los artículos sobre independencia financiera o inversión. También puedes profundizar en otros temas como, por ejemplo, cuánto ahorrar para la jubilación, consejos para negociar tu salario y mucho más.
Entender la brecha de género en educación financiera
¿Qué es la educación financiera?
¿Por qué es tan importante la educación financiera?
La brecha de género en educación financiera: lo que nos dicen las cifras
¿Cuál es la causa de la brecha de género en educación financiera?
Acceso y educación
La brecha de la riqueza entre géneros
Falta de confianza
Estereotipos de género anticuados
Estereotipos dañinos
Cómo ayudar a las mujeres a mejorar su educación financiera
Más información sobre mujeres y finanzas
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POR ALISON RHOADESRedactor colaborador de N26
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