Por qué deberías ajustar tu presupuesto según la época del año

Entender en qué periodos gastas más o menos te ayudará a planificar con antelación y optimizar tu forma de ahorrar durante los meses más tranquilos.
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En cuestión de finanzas, cada época del año suele ser algo distinta. Un mes puede que tengas que arreglar el jardín y, el siguiente, estar rompiendo la hucha para tus próximas vacaciones de verano, un regalo de boda o las compras de la vuelta al cole. Y antes de que te des cuenta, ya es Navidad otra vez. Por eso, contar con un presupuesto mensual puede ser de gran ayuda, especialmente si estás empezando. No obstante, los presupuestos no suelen tener la flexibilidad de adaptarse a cada momento del año.Ahí es cuando merece la pena hacer presupuestos en función de la época. Gastar más o menos según el mes es algo normal y, si tienes esto en cuenta, podrás planificar el año con antelación y anticiparte o evitar posibles quebraderos de cabeza en el futuro. 

Tus gastos según la época del año

La vida no sigue un plan de gastos organizado y estable. Puede que este mes no te hayas salido ni un milímetro de tu presupuesto, pero a lo mejor el próximo se pone todo patas arriba. Por eso mismo, vamos a analizar los gastos más típicos de cada época del año. ¿Te apuntas?

Primavera: impuestos, preparativos y gastos de viaje

Cuando las temperaturas empiezan a subir, tus gastos también lo hacen. Los bares y restaurantes empiezan a abrir sus terrazas, y la mayoría de nosotros salimos más a comer fuera. También te pueden surgir algunos gastos de mantenimiento para prepararte para el buen tiempo, como arreglar la bici o comprar cositas para el jardín. El verano está además a la vuelta de la esquina y, con ello, el primer sablazo a tu cuenta bancaria: si te vas de vacaciones, se avecinan algunos gastos, como pagar los vuelos y el alojamiento. En muchos países,la declaración de la renta se hace en primavera, lo que podría significar dos cosas: otro sablazo o un dinero extra para tu cartera.

Verano: planes, planes y más planes

En verano toca disfrutar y pasárselo bien. Te salen planes de debajo de las piedras —y también gastos—. Las vacaciones suelen ser el mayor de los gastos, tanto si se trata de un viaje por carretera con la familia como si son las vacaciones de tus sueños. También es una época de festivales y eventos al aire libre. Si eres amante de la música, ojito con los gastos, que se pueden disparar, especialmente al pagar entradas, comida, bebidas y alojamiento. La temporada de bodas también irá a toda máquina y esto es sinónimo de gastar en viajes, regalos y algún que otro modelito para la ocasión. El verano también es el momento más común para mudarse, lo que ocasiona más gastos, como el alquiler del camión de mudanzas, el pago de la fianza o a las personas que te ayuden a mover los muebles.

Otoño: vuelta a clase o al trabajo

Para muchas personas, el inicio del otoño es sinónimo de volver a la rutina. Puede ser un buen momento para hacer balance, tomarse la vida con más calma y empezar a reponer tus ahorros. Las familias y los estudiantes puede que tengan que ajustar su presupuesto para hacer las típicas compras de la vuelta al cole: material para las clases, ropa y hasta productos tecnológicos. Incluso si no eres estudiante, el otoño suele pedir a gritos una renovación de armario. Con la llegada del frío, es posible que necesites además hacerte con un jersey nuevo, unas botas o una chaqueta abrigadita.

Invierno: espíritu navideño + hibernación

Con las compras de Navidad, los viajes y las fiestas de fin de año, las primeras semanas del invierno pueden ser un torbellino de gastos. Entre los regalos, las comidas de Navidad y las decoraciones, los gastos se acumulan rápidamente y, si además tienes que viajar para ir a ver a la familia —o simplemente para escapar del frío invierno—, te gastarás una cantidad de dinero importante. Para acabar bien el mes, las fiestas de Nochevieja y demás eventos se encargarán de dar el último sablazo del año a tu presupuesto. Pero una vez que acaban, el invierno es un gran momento para centrarse en ahorrar. Los días son más cortos y las noches mucho más tranquilas, así que es la época perfecta para darle un respiro a tu cuenta bancaria después del trajín navideño.

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Identifica tus patrones de gasto según la época

Entender tus hábitos de gasto en función de la época del año es clave para adaptar tus presupuestos y planear para el resto de meses con antelación. A continuación te explicamos cómo hacerlo:

1. Revisa tus gastos del último año

Lo primero que necesitarás saber es en qué te gastas tu dinero cada año. Revisa los extractos bancarios e intenta identificar los gastos propios de cada estación. Busca gastos puntuales que suelas hacer en ciertas épocas del año, como vacaciones, regalos de boda o compras de Navidad. Algunos bancos cuentan con una función de estadísticas o análisis que te ayudará a consultar tus gastos pasados. En su lugar, también puedes usar una hoja de cálculo para filtrar los gastos. Con esta retrospectiva económica, tendrás una idea más clara de cuánto te has gastado y podrás usarla como referencia para el próximo año.

2. Identifica tus gastos previstos

Cuando acabes con el último año, haz lo mismo con el siguiente. ¿Vas a mudarte? ¿Te han invitado a seis bodas en ciudades distintas? Haz una lista de los gastos que tengas previstos. Esto te ayudará a planificar y ahorrar para todo, especialmente si lo sumas a que ya conocerás tus gastos del año pasado. 

3. Ajusta tu presupuesto según la época

Ahora que ya sabes en qué te gastas el dinero en cada época del año, es momento de crear un plan de ahorro para lograr un equilibrio entre las subidas y bajadas en tu cuenta bancaria. Si ahorras un poco durante los meses de más calma, podrás tener un colchón económico para momentos del año con más gastos. No toques este dinero, así lo tendrás a mano cuando realmente lo necesites, como para las vacaciones de verano o para comprar los regalos de Navidad. De este modo, no te estresarás tanto por el dinero en las épocas más ajetreadas. 

Ahorra en los meses más tranquilos

Ahorrar durante los meses más tranquilos será tu arma secreta para sobrevivir a los más movidos. Cuando las cosas se calmen —como ocurre en enero y febrero después de las vacaciones de Navidad—, podrás empezar a ahorrar para crear un colchón económico. Estos periodos de «aburrimiento» no suelen venir acompañados de grandes gastos, por lo que son el momento perfecto para ahorrar y prepararse para esas épocas de mayor gasto. Recuerda que tu situación puede ser muy distinta de la del resto, así que si no eres capaz de ahorrar tanto como te gustaría durante los meses de calma, tampoco pasa nada. Lo más importante es que averigües qué es lo que más te conviene y que ajustes tu presupuesto en consecuencia. Cuanto más control tomes, mejor podrás actuar ante cualquier gasto sorpresa que se te ponga por delante.Consejo de N26 para profesionales: una vez hayas planificado tus presupuestos según la época del año, puedes poner en acción las subcuentas de Espacios. Por ejemplo, puedes crear un espacio para ahorrar para tus vacaciones en julio, otro para comprarte un ordenador en septiembre y otro para la fiesta de Nochevieja que vas a hacer en casa. 

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Con los Espacios de N26, podrás apartar dinero para todos tus objetivos, para que tus ahorros para el próximo festival no se mezclen con el presupuesto para el regalo de boda de tu amigo de la facultad. Los Espacios son subcuentas que conviven con tu cuenta principal, es decir, son como una hucha, cada una con su propio IBAN, nombre y objetivo de ahorro.  Compara nuestras cuentas hoy mismo y encuentra la que mejor se adapte a tu estilo de vida, durante todos los días del año.

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