Qué es la bolsa: todo lo que debes saber antes de invertir tus ahorros en ella

Si tienes unos ahorros a los que quieres sacar rentabilidad, es muy posible que te hayas planteado invertirlos en los mercados financieros. Pero, ¿qué es la bolsa? ¿Cómo funciona? ¿Es recomendable para pequeños inversores? ¿Supone algún peligro para tu dinero?

Contestamos estas y otras preguntas a lo largo de este completo artículo sobre el mundo de las inversiones.

Se trata del mercado en el que se encuentran compradores y vendedores para negociar sobre distintos activos financieros. Su lógica es simple: de un lado, están las empresas, que emiten acciones o participaciones de su compañía para obtener financiación; del otro, los inversores, que lo que quieren es conseguir la máxima rentabilidad de su dinero convirtiéndose en accionistas de estas empresas.

Ambos grupos deben cumplir ciertos parámetros para poder operar en el mercado:

• Empresa. Tiene que demostrar solvencia económica y transparencia frente al regulador del mercado.
• Inversores. No puede invertir su dinero de manera directa, sino que debe hacerlo a través de un intermediario llamado “bróker”.

Entre los activos financieros que se suelen negociar en este mercado están los bonos públicos, bonos privados, fondos cotizados y acciones.

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La Bolsa, tal y como la conocemos, ha sufrido muchos cambios a lo largo de la historia que la han convertido en el espacio que hoy conocemos.

Sus orígenes se remontan a la época grecorromana, aunque es cierto que las más parecidas en funcionamiento a las de hoy son las que estaban en la Edad Media, con la figura de los pagarés y las letras de cambio.

Teniendo esto en cuenta, la primera bolsa que más se parece al estilo moderno sería la de Amberes, de 1460. En el caso de España, la primera bolsa sería la de Madrid, de 1831, que se definía como un sitio de reunión para comerciantes en los que se contrataban activos mobiliarios.

Estos precedentes evolucionan hasta dar lugar a la bolsa que tenemos actualmente, una organización en la que se facilita la compra y venta de valores de empresas, a través de distintos productos financieros, entre los que destacan las acciones, cuyo precio fluctúa en función del buen hacer de la empresa, la oferta y la demanda.

El mercado de valores es uno de los mercados que forman el sistema financiero. Gracias a él se facilita la inversión de los particulares en las empresas que necesitan recursos, lo que contribuye al desarrollo económico general del país.

La normativa actual de los mercados financieros en España se rige por normas europeas, que se han ido adaptando a la complejidad de los mercados de manera progresiva. Esto, unido a los nuevos sistemas técnicos, operativos y organizacionales han hecho posible que los mercados alcancen una mayor transparencia, liquidez y eficacia.

No cualquiera no puede operar en la bolsa, ya que la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID) establece estrictos requisitos para autorizar a empresas, intermediarios y las propias operaciones dentro del mercado.

Dentro de los mercados regulados por el operador Bolsas y Mercados Españoles (BME)  en el país encontramos:

• Las bolsas de valores.
• El Mercado de Renta Fija público y privado (AIAF).
• El Mercado de Futuros y Opciones (MEFF).

En el mundo existen distintas bolsas de valores, a continuación aglutinamos algunas de las más relevantes.

En España hay cuatro bolsas de valores que son los mercados secundarios oficiales en el país:

• La Bolsa de Madrid
• La Bolsa de Barcelona
• La Bolsa de Bilbao
• La Bolsa de Valencia

El BME es el encargado de regular todas desde el año 2002.

El mercado continuo es el sistema que permite a las empresas poder cotizar con sus acciones al mismo tiempo en la Bolsa de Madrid, la Bolsa de Bilbao, la Bolsa de Barcelona y la Bolsa de Valencia.

Gracias a este procedimiento, las cuatro bolsas españolas se interconectan y funcionan como un único mercado bursátil, en el que están unidas a través del Sistema de Interconexión Bursátil Español (SIBE).

En Europa encontramos algunas de las bolsas más importantes del mundo (con capitalizaciones superiores a un billón de dólares):

• Euronext. Tiene sede en Ámsterdam y es una bolsa de valores paneuropea compuesta por siete plazas de mercado: Bélgica, Francia, Irlanda, Países Bajos, Portugal, Noruega e Italia.
• London Stock Exchange Group. Se trata de la bolsa de Londres.
• Deutsche Börse. Es la tercera mayor de toda Europa: la bolsa de Frankfurt.
• SIX Swiss Exchange. Opera con los valores de Suiza.

Fuera de Europa también encontramos otras bolsas de valores muy importantes en el entramado financiero global:

• Bolsa de Nueva York. La más importante del mundo, con una capitalización bursátil de 23,12 billones de dólares en 2018, casi el 40 % del valor total del mercado de valores a nivel mundial.
• Bolsa de Tokio. Bolsa fundada en 187, es el mercado de valores más importante de Japón.
• Bolsa de Shanghái. La bolsa de Shanghái (una de las tres de China) es la cuarta más importante del mundo, a pesar de que se fundó en 1990.
• Bolsa de Toronto. Este mercado de valores se fundó en 1852. En él operan más de 1.500 empresas. Es la más importante de Canadá.
• NASDAQ. También se sitúa en Nueva York y sus siglas corresponden a National Association of Securities Dealers Automated Quotations. Fue fundada en 1971 y ahora es una bolsa de valores electrónica, en la que operan las principales empresas tecnológicas de Estados Unidos.

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Un índice bursátil es un indicador dentro de la bolsa de valores que hace seguimiento a un número de empresas seleccionadas y que sirve de termómetro para ver cómo está funcionando el mercado de ese país.

A continuación te detallamos algunos de los índices más relevantes del mundo.

Es el índice de referencia de la bolsa española y sigue el comportamiento de las 35 empresas más negociadas dentro del mercado (aquellas con mayor frecuencia de compraventa). Comprende el movimiento generado en las cuatro bolsas del país: Madrid, Barcelona, Bilbao, y Valencia).

La elección de cuáles deben ser las 35 empresas que quedan dentro del IBEX 35 corre a cargo de un Comité Asesor Técnico, que se reúne dos veces al año para valorar el peso de las empresas dentro del mercado en función al precio de sus acciones, su capitalización o la rentabilidad por dividendo, entre otras informaciones.

• Eurostoxx 50. Es el principal índice bursátil europeo y comprende a las 50 empresas más grandes del continente, teniendo en cuenta su capitalización y volumen de negocio.
• Dax 30. Se trata del índice de referencia de la bolsa de Frankfurt y reúne a las 30 mayores empresas alemanas.
• FTSE 100. Hablamos del principal índice bursátil del Reino Unido. Junta a las 100 empresas más grandes del país en función a su capitalización.
• Nikkei 225. Es el principal índice de referencia de la bolsa de Tokio. Son las 225 empresas más líquidas de Japón.
• Dow Jones Industrial Average. Es uno de los cuatro índices bursátiles principales del Dow Jones y sigue a las 30 empresas más relevantes dentro de la bolsa de Nueva York.
• S&P 500. Este índice recoge a las 500 empresas más grandes de Estados Unidos. Representa entre el 70% y el 80% del mercado bursátil en Estados Unidos.
• NASDAQ 100. Aquí estás recogidas las 100 empresas con mayor capitalización dentro del Nasdaq Stock Market. La mayoría de las empresas que aparecen en él son del sector de la tecnología.

Un índice bursátil es la agrupación de las acciones de diferentes empresas que tienen entre sí características similares (capitalización bursátil, industria, misma bolsa de valores, etc.), como hemos explicado en la sección previa con el caso español del IBEX 35, el índice Dow Jones americano o el DAX 30 alemán. 

Sin embargo, el mercado de valores comprende a la bolsa territorial en cuestión, como es el caso de la Bolsa de Madrid, la Bolsa de Nueva York o la Bolsa de Tokio, incluyendo no solo a un índice bursátil sino a todos los productos y empresas que se operan en él.

Dentro del mercado de valores podemos encontrar distintos productos financieros en los que invertir nuestro dinero para generar una rentabilidad.

• Renta fija. Ofrecen una rentabilidad a cambio de la compra de deuda que el inversor adquiere para lograr que su inversión aumente.
• Renta variable. A diferencia de la renta fija, estos productos financieros no tienen una rentabilidad estimada, lo que convierte en una incógnita el rendimiento que pueden ofrecer.

En el caso de los fondos hablamos de un patrimonio que está formado por las aportaciones de un número variable de partícipes. En función de las participaciones que se tengan, el porcentaje sobre el total y la rentabilidad cambian.

• Productos híbridos. Debido a su naturaleza, no pueden ser encuadrados ni como renta fija ni como renta variable (tienen aspectos de las dos). En este apartado se encuadran las participaciones preferentes y las obligaciones y bonos convertibles.
• Productos derivados. Se trata de productos con un riesgo mayor, ya que su valor deriva de la evolución de los precios de otro activo. Aquí se encuentran productos como los futuros, las opciones o los contratos financieros por diferencias (CFD).
• Productos estructurados. Se refiere a la unión de dos o más productos financieros dentro de una misma estructura. Se trata de inversiones más complejas y con un riesgo más elevado.

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