¿Qué es la tecnología blockchain?

La tecnología blockchain que utilizan muchas criptomonedas populares también se conoce como tecnología de registro distribuido (DLT, por sus siglas en inglés). Sin embargo, un blockchain solo es un tipo de registro compartido, y funciona de maneras específicas no necesariamente aplicables a otros tipos de bases de datos descentralizadas. 

La esencia de la tecnología blockchain podría resumirse en una sola palabra: «seguridad». Esto se debe a que ofrece una forma de registrar la información que hace que sea casi imposible editarla o modificarla.

Veamos en qué consiste todo esto.

La información de un blockchain (que significa literalmente «cadena de bloques» en inglés) se registra en bloques. Cada uno de estos bloques contiene un determinado grupo de datos. Cuando se añade un nuevo grupo, se genera un nuevo bloque, que se encadena con el anterior (de ahí el nombre). 

La estructura en cadena es un aspecto crucial que diferencia al blockchain de otros tipos de bases de datos. Para entender cómo funciona la cadena en sí, es importante comprender tres elementos fundamentales incluidos en cada uno de los bloques. Cada uno de ellos contiene:

• Su propio código hash. Un código hash es una representación alfanumérica de los datos. El hash de un bloque es exclusivo de ese bloque y cambia si cualquiera de los datos subyacentes varía de alguna manera. 
• El código hash del bloque que le precede en la cadena. Este hash actúa como referencia que mantiene los bloques en un orden lineal y cronológico. Si cada bloque hace referencia al hash único del bloque que le precede, la cadena permanece intacta. Recuerda: si la información del bloque varía, el hash cambia.
• Un sello de tiempo. El sello de tiempo indica cuándo se creó el bloque, por lo que también ayuda a mantener la cadena en orden cronológico.

La combinación de estos tres elementos garantiza que los bloques de un blockchain sean inmutables, es decir, que no puedan modificarse. Si alguien intentara cambiar un bloque, el hash y el sello de tiempo de ese bloque se alterarían. El siguiente bloque de la cadena ya no incluiría el hash del bloque anterior, de modo que sería fácil detectar si se ha modificado un blockchain.

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El uso de códigos hash y sellos de tiempo hace que sea extremadamente difícil alterar los datos de un bloque una vez que se ha añadido a la cadena. Así que, en cierto sentido, un blockchain es muy seguro. Pero aunque la tecnología blockchain tiene esta impresionante característica de seguridad incorporada en su diseño, sigue presentando ciertos problemas en términos de confianza. 

Por ejemplo, si solo se permite a unos pocos participantes crear bloques en el registro de contabilidad, esos participantes podrían introducir información incorrecta o corromper el sistema de alguna manera. El blockchain solo funciona porque las personas que tienen acceso a ella son de confianza. 

Los primeros desarrolladores de criptomonedas; empezando por Satoshi Nakamoto, de Bitcoin; se dieron cuenta y concibieron el concepto de «blockchain descentralizado» para así no tener que recurrir a un tercero de confianza para validar las transacciones. 

Un blockchain descentralizado añade una red de igual a igual a las características de seguridad existentes típicas de las bases de datos de un blockchain. Los miembros de esta red no tienen que confiar ni conocerse entre sí, sino que cada integrante obtiene una copia del mismo registro de contabilidad del blockchain. No hay una copia «maestra» almacenada en un lugar centralizado, sino una enorme cantidad de copias que validan continuamente la veracidad de la cadena de bloques.

Gracias a la descentralización no es necesario confiar en una autoridad central y, además, se protege la cadena de posibles ciberataques. Si un hacker intenta alterar o editar el blockchain de alguna manera, solo estará modificando su propia copia. Esta copia modificada no coincidirá con las copias almacenadas en los demás ordenadores de la red, por lo que será fácil detectar el error. 

En el caso de una red como la de Bitcoin, al menos el 51 % de los ordenadores de la red tendrían que validar la versión errónea del blockchain del hacker para que se considerase legítima. Dado el coste y la potencia informática necesarios para influir en tantos ordenadores en una red descentralizada, es prácticamente imposible introducir con éxito un error en el blockchain. 

La tecnología blockchain se puede utilizar en muchos ámbitos, desde la banca hasta la logística de la cadena de suministro, aunque seguramente habrás oído hablar de ella por su uso extendido en el mundo de las criptomonedas.

Los blockchains han hecho posible el auge de las criptomonedas, como Bitcoin, que utiliza la tecnología blockchain para registrar de forma transparente las transacciones monetarias. Blockchain, Bitcoin y últimamente NFTs se han convertido casi en sinónimos en la cultura popular, pero muchas otras criptomonedas también funcionan con redes de cadenas de datos descentralizadas. Una creencia común entre los miembros de la comunidad de criptomonedas es que, al no necesitar que un tercero de confianza verifique las transacciones, un blockchain descentralizado permite adoptar un enfoque más democrático y fiable. 

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La tecnología blockchain está adquiriendo cada vez más protagonismo en varios ámbitos donde es preciso almacenar datos. Blockchain presenta algunas ventajas claras con respecto a otros tipos de bases de datos, algunas de las cuales ya hemos señalado anteriormente. 

A continuación, te contamos cuáles son esas ventajas, prestando especial atención a los blockchains de las criptomonedas, así como las desventajas que debes tener en cuenta.

Una mayor seguridad. Los datos de un blockchain se almacenan en copias en una red descentralizada de igual a igual, en lugar de en una ubicación centralizada. A medida que se añaden nuevos bloques a la cadena, los ordenadores de la red deben validar su legitimidad. Esto, unido a la seguridad que incorpora la tecnología blockchain y las wallets de criptomonedas, ofrece una seguridad mayor que la de muchos otros tipos de bases de datos. 

Más precisión. En un blockchain de criptomonedas, la intervención humana —y, por tanto, el error humano— en la verificación de las transacciones es mínima. Así, la red de ordenadores trabaja para validar y aprobar cualquier información nueva que se introduzca. Por lo general, este sistema supone menos errores y una mayor precisión que otros métodos de almacenamiento de datos. 

Pagos más eficientes. Cuando los bancos procesan los pagos, las transacciones se suelen gestionar y procesar a través de una autoridad central. Es habitual que los bancos operen solo durante un horario limitado. Por lo tanto, es posible que los pagos tramitados antes del fin de semana no se procesen hasta el lunes. Un blockchain no cuenta necesariamente con estas restricciones. En la mayoría de los casos, se puede hacer una transacción las 24 horas del día, cualquier día de la semana. 

Transacciones verificadas. Cualquier información introducida en un blockchain será verificada por los ordenadores de la red. Una vez aprobada, se añadirá como parte del siguiente bloque en la cadena. Este proceso garantiza que toda la información de las nuevas transacciones añadida a la versión acordada del blockchain sea legítima y precisa.

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Actividad delictiva. Un blockchain como el de Bitcoin está diseñado para proteger la confidencialidad de los usuarios, lo cual dificulta que pueda piratearse. Pero esta misma característica significa que los delincuentes pueden tratar de usar la tecnología blockchain para llevar a cabo transacciones monetarias de forma ilegal. Por lo general, los bancos aplican procesos estrictos para verificar la identidad de sus clientes, algo que no siempre ocurre con las criptomonedas. 

El coste y la velocidad. Dependiendo del sistema concreto que se utilice para verificar las transacciones, un blockchain puede consumir enormes cantidades de energía computacional. El sistema de «prueba de trabajo» de Bitcoin, por ejemplo, tiene un coste significativo en energía y, por tanto, una repercusión importante sobre el medio ambiente. La cantidad de tiempo que se tarda en procesar una transacción también puede suponer una desventaja para ciertos blockchains. Añadir una nueva transacción o bloque a la cadena puede llevar minutos, pero a medida que crece su número de usuarios, la velocidad puede convertirse en un problema. 

La inversión en criptoactivos no está regulada, puede no ser adecuada para inversores minoristas y perderse la totalidad del importe invertido. Es importante leer y comprender los riesgos de esta inversión que se explican detalladamente en este enlace.