Impuestos e inversiones: esto es lo que necesitas saber

Cuando obtienes ingresos por tus inversiones, lo más probable es que tus ganancias tributen. Aquí te explicamos los distintos tipos de ingresos por inversiones, cómo tributan y mucho más.
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Invertir tu dinero puede ayudarte a generar riqueza y seguridad, tanto a corto como a largo plazo, pero también puede tener importantes implicaciones fiscales que debes conocer. Tanto si acabas de empezar a invertir como si llevas tiempo haciéndolo, tienes que ser consciente de los impuestos que debes abonar por tus inversiones. Por lo general, todos los ingresos por intereses, dividendos o ganancias de capital por inversiones vendidas están sujetos a impuestos, ya sea en el país de origen o en el que declaras tus impuestos. Sin embargo, la forma en que se gravan las ganancias por inversiones puede variar enormemente en función de dónde vivas, el tramo impositivo en que te encuentres, etc. En este artículo, aprenderás sobre la tributación de las inversiones y cómo suelen gravarse los distintos tipos de ingresos por inversiones. También te ofrecemos un resumen de la tributación de las inversiones en varios países europeos y qué debes saber si vives en el extranjero y tienes inversiones en varios países. 

Nociones básicas de impuestos e inversiones

Normalmente, las autoridades fiscales gravan todos los tipos de ingresos, ya sea por tu trabajo, por el cobro de pensiones o alquileres, o por la inversión en el mercado de valores. Por lo general, cuando inviertes en productos financieros, por ejemplo, en acciones, bonos, criptomonedas o cuentas de ahorro, se gravan todos los ingresos que ganes sobre la base de tu depósito inicial. ¿Qué significa esto? Pues pongamos que compras una acción por 100 €. Al cabo de un año, la acción que compraste vale 150 €. Si decides vender la acción, los 50 € adicionales que has ganado se gravarán como ganancias de capital. Lo mismo se aplica a los intereses que ganes mediante productos de ahorro. Si inviertes 500 € en una cuenta de ahorro remunerada y cobras 20 € de intereses a lo largo del año, la base impositiva serán esos ingresos de 20 €. Cabe destacar que los distintos tipos de ingresos por inversiones recibirán distinto tratamiento en función de los productos en los que hayas invertido y la duración de tu inversión. Hay otros factores, como tu estado civil y la finalidad que le des a ese dinero, que también pueden afectar al tratamiento fiscal. Por lo general, solo debes pagar impuestos cuando cobras tus ganancias, ya sea mediante la venta de acciones, el cobro de dividendos o el depósito de intereses en tu cuenta. Para entender cómo funciona todo esto, veamos los distintos tipos de impuestos que podrían aplicarse. 

Impuestos sobre ganancias de capital 

Los impuestos sobre ganancias de capital se aplican cuando obtienes un beneficio al vender una inversión. El dinero que ganas en comparación con tu inversión inicial (ya sea una acción, un inmueble o una empresa) se denomina «ganancias de capital». Pongamos que invertiste 10.000 € en ETFs en 2014 y llevas 10 años sin tocar ese dinero. Si los 10.000 € se han convertido en 32.000 € y has vendido las acciones, tributarán los 22.000 € que has ganado como beneficio. Lo contrario de esto son las pérdidas de capital, que se producen cuando pierdes dinero con tu inversión. En determinados casos, puedes utilizar una parte de estas pérdidas de capital para reducir los impuestos que pagas. En algunos países, las ganancias de capital se gravan a un tipo único, independientemente de tus ganancias y del tiempo que hayas mantenido el dinero invertido. Otros países gravan las ganancias de capital a tipos variables en función de tu categoría impositiva, tu tramo fiscal, etc. Algunos países también diferencian entre las ganancias de capital a corto y largo plazo, donde las primeras tienen un mayor tipo impositivo que las segundas. Incluso hay jurisdicciones, como Bahréin, Belice y las Islas Caimán, donde las ganancias de capital no tributan nada. El tipo impositivo de tu impuesto sobre ganancias de capital dependerá de muchos factores, como tu país de residencia, tu categoría impositiva y tus ingresos durante el año que sacaste el dinero. Pero si tienes que pagar este impuesto, hay formas de reducir tu factura tributaria. Invertir en determinados tipos de productos de jubilación que te ofrece tu país de residencia puede reducir tu tipo impositivo o ayudarte a ahorrar impuestos durante el año en que hayas invertido el dinero. O puedes utilizar las pérdidas de tus inversiones para compensar los beneficios (un proceso denominado «tax-loss harvesting» o «cosecha de pérdidas»). 

Impuestos sobre dividendos

Cuando tienes una acción de una empresa, en la práctica posees una pequeña parte de esa empresa. Algunas de estas empresas (aunque no todas) pagan un porcentaje de sus beneficios a los accionistas mediante distribuciones periódicas en efectivo, denominadas «dividendos». Cuando se abonan los dividendos, normalmente se consideran ingresos tributables, independientemente de que los reinviertas en la empresa o no. Por lo general, los dividendos se tributan el año que los cobras. Esto sucede tanto si reinviertes tus dividendos en acciones de una empresa, como si los conservas en tu cuenta de inversión o los transfieres a tu cuenta bancaria. El importe de los ingresos por dividendos variará en función de la cantidad y el tipo de tus inversiones. En este caso, el tipo impositivo aplicable a tus ingresos por dividendos también dependerá de los reglamentos fiscales de tu país de residencia. 

Impuestos sobre los intereses

Cobrar intereses también está sujeto al pago de impuestos. A diferencia de los valores bursátiles, cuyo valor sube y baja, los intereses se cobran cuando le prestas dinero a un banco o entidad a un tipo de interés acordado. Puedes cobrar intereses con muchos tipos de productos, como las cuentas de ahorro, los fondos o los depósitos. Normalmente, cuanto más tiempo mantengas el dinero depositado, más intereses cobrarás. Los intereses son gravables en cuanto el dinero se ingresa en tu cuenta bancaria. Esto puede suceder de forma mensual, trimestral o anual. En algunos países, los intereses están sujetos a retención de impuestos, es decir, que el banco retendrá los intereses adeudados y te abonará el resto en efectivo. En otros casos, tendrás que declarar los intereses que hayas cobrado en tu declaración anual y abonar los impuestos que correspondan. 

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Impuestos sobre inversiones en Europa

En Europa no hay muchos lugares donde puedas eludir el pago de impuestos por tus inversiones, aunque los tipos impositivos varían de forma considerable. Los impuestos sobre ganancias de capital tienen una media impositiva del 18,6 % en toda Europa, pero existe una gran variedad entre los países. Dinamarca, por ejemplo, cobra la friolera de un 42 % como tipo único sobre las ganancias de capital, mientras que Rumanía tan solo te cobra el 10 %. Para que te hagas una idea de las diferencias, veamos cómo tributan las inversiones en Francia, Alemania, España e Italia. 

Impuestos sobre inversiones en Francia

A las personas residentes en Francia se les impone un tipo fijo del 30 % por todos sus ingresos procedentes de inversiones, tanto dividendos, como intereses u otras ganancias de capital. Este consta de un 12,8 % de impuesto sobre la renta y una contribución del 17,2 % a la seguridad social. No obstante, existen excepciones.Hay hogares que optan por un impuesto sobre la renta de escala variable si prevén mantener sus activos durante un largo periodo de tiempo. La exención (en 2024) es del 50 % por un periodo de entre dos y ocho años, y del 60 % por un periodo de más de ocho años. Los ciudadanos franceses que residen fuera de Francia pagan retenciones fiscales sobre las ganancias de capital, cuyo tipo impositivo varía en función de los ingresos del contribuyente. Las ganancias de capital que se obtienen de vender valores bursátiles tributan al tipo impositivo del contribuyente, en lugar de a un tipo fijo. Por otra parte, hay determinadas ganancias de capital que están exentas, por ejemplo, si se obtienen dentro de un plan de ahorro como empleado. 

Impuestos sobre inversiones en Alemania

En Alemania, la mayoría de ingresos por inversiones están sujetos a retenciones fiscales. Esto significa que tus impuestos, ya sean por ganancias de capital o por intereses, se cobran en el origen. El tipo impositivo en 2024 es el 25 %, independientemente del periodo durante el cual se haya invertido el dinero. No obstante, existe una exención para el impuesto retenido que dependerá de tu categoría impositiva. Para las personas solteras, la exención es de 1.000 €. Para las parejas casadas, sube a 2.000 €. Ten en cuenta que tendrás que presentar una solicitud de exención fiscal para que tu banco no te retenga el dinero. Todo el dinero que ganes por encima de esta exención suele tributarse al tipo impositivo normal. Pero, como en la mayoría de países, hay excepciones. Por ejemplo, si adquiriste tus inversiones antes de la entrada en vigor de la nueva ley de ganancias de capital, en 2009, puedes vender tus inversiones sin pagar impuestos. 

Impuestos sobre inversiones en Italia

Desde 2018, la mayoría de ingresos por inversiones, incluidos los intereses y los dividendos, tributan al 26 % en Italia.   Sin embargo, los intereses pueden tributar de otra forma en función de su origen. Por ejemplo, los intereses obtenidos de bonos del Estado tributan al 12,5 %, mientras que otros intereses tributan al 26 % habitual. Las ganancias de capital se consideran «ingresos varios». En esta categoría, el tipo impositivo se calcula sobre la base de la diferencia entre el precio de compra y el de venta, descontando las comisiones. Los no residentes en Italia también tienen que pagar un 26 % sobre sus ingresos por inversiones, aunque pueden reducir su tipo impositivo solicitando determinados créditos. 

Impuestos sobre inversiones en España

En España, las cosas son un poco más complicadas. El tipo impositivo de las ganancias de capital, los intereses y los dividendos dependerá de cuánto hayas ganado, independientemente del periodo de conservación de la inversión. Por los primeros 6.000 €, tributarás al 19 %. De 6000,01 € a 50.000 €, abonarás un 21 %, subiendo hasta un 23 % por las ganancias de entre 50.000,01 € y 200.000 €. Si sobrepasas los 200.000,01 €, tendrás que pagar un 26 % de impuestos.Las pérdidas que sufras con tus inversiones pueden compensar las ganancias de los siguientes cuatro años. Solo para las personas con residencia fiscal en España, las pérdidas de capital por la venta de activos pueden compensar las ganancias de capital. El exceso de pérdidas puede acumularse para los siguientes cuatro años.Para las personas que no residen en España, los intereses tributan a un tipo fijo del 19 %. 

Lo fundamental de los ingresos por inversiones

En casi todos los casos, tendrás que pagar impuestos por los ingresos de tus inversiones. Para evitar sorpresas, es bueno que lo tengas en cuenta. Cuando tus inversiones suben o cuando cobras intereses, resulta tentador pensar que todo ese dinero es para ti. Pero si siempre tienes en cuenta los impuestos en tus cálculos, no te llevarás un susto cuando llegue la hora de hacer la declaración. No olvides consultar cómo funcionan los impuestos en tu país y consultar con un asesor fiscal cualificado si lo necesitas. 

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