Propinas en Italia: guía completa para saber siempre cuánto tienes que dejar

Qué complicado resulta estar en otros países y aprender sus costumbres, ¿verdad? Cada región tiene sus particularidades y uno nunca sabe si se asemejan a las propias o no. Por eso, en caso de que tengas pensado visitar alguna ciudad italiana en algún momento, queremos mostrarte cómo se manejan las propinas en Italia.

Lee esta guía para saberlo todo sobre ellas: si son obligatorias, en qué servicios hay que dejarlas, a cuánto asciende e, incluso, cuál es su término en italiano.

Es la primera pregunta que todo el mundo se hace y la respuesta es muy corta: no. En Italia, al igual que ocurre en Francia, por poner un ejemplo, no es obligatoria ni está regularizada a nivel nacional.

En Italia a la propina se la conoce como “la mancia” y, como ya te hemos adelantado más arriba, no es obligatoria ni nadie va a tratarte mal por no dejarla. Eso sí: a todo el mundo le gusta recibir un extra así que si la dejas, será muy bien recibida.

No hay que confundir la propina con “el coperto”, una tasa fija que algunos restaurantes italianos cobran por persona (vendría a ser el cubierto español, para que lo entiendas).

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Al ser Italia un país tan turístico y con tantas regiones de interés, conviene hacer una distinción de servicios y la relación de cada uno con la propina.

Al no ser obligatoria la propina, los restaurantes se las ingenian para cobrar un extra en la cuenta final. La mayoría utiliza la figura antes mencionada del “coperto”: una cantidad fija por comensal que suele oscilar entre 1 € y 4€ por persona en función del local.

La otra figura es la del “servizio”, que suele situarse en un 10 % extra al número de la cuenta. Hay que aclarar que no se usan los dos juntos, así que vigila que ningún restaurante te cargue los dos en la cuenta.

Por otro lado, en bares en los que solo vayas a tomar algo, una bebida por ejemplo, no se cobra ninguna de las dos cosas.

En este caso la propina varía mucho en función del tipo de alojamiento del que se trate aunque, como ya mencionamos, nadie la va a esperar como sí ocurre en otros lugares de Europa.

En los hoteles de lujo es común dejar propina a aquellos trabajadores que ofrecen servicios personales al huésped, como el transporte de maletas, la gestión de las excursiones o el servicio del camarero en la sala.

Por el contrario, en otros alojamientos como Airbnb la propina es aún menos común. De hecho, vale más y se aprecia mucho el hecho de dejar un comentario positivo en la aplicación sobre el propietario y el alojamiento.

En algunas ciudades de Italia se debe pagar una tasa turística en el alojamiento que no tiene nada que ver con la propina y sí que está regulada por el Gobierno. En cualquier caso, si decides dejar propina, debes saber que no existe cuantía ni porcentaje correcto: dejes lo que dejes, estará bien.

En el caso de los guías, en un país tan turístico como Italia, los precios dependen mucho del servicio que haya dado el guía. En general, se suele dejar entre 5 € y 10 € por persona, si optas por un número fijo, o entre un 10 % y un 15 % si optas por hacerlo en función al precio del servicio.

Por el contrario, si hablamos de los free tours, que consisten en paseos guiados por profesionales del turismo sin precio por adelantado, es la persona la que decide al final si retribuye o no al guía con una propina. Dicha propina se suele ubicar entre los 10 € y los 20 € por persona.

Es importante recordar que los guías de los free tours suelen trabajar como autónomos y dependen de las propinas para lograr una retribución económica.

En el caso de los taxistas, como sucede en España, no hay que dejar ningún tipo de propina, ya que en la tarifa del viaje ya se incluye el servicio. En caso de que quieras dejarle una retribución porque el conductor ha sido especialmente amable, puedes darle 1 € o 2 € extra como gratificación.

Si hablamos de servicios públicos de transporte como los autobuses o los trenes, la propina no se espera ya que en la tarifa que pagas por tu billete ya viene incluido el servicio.

Por último, están los servicios de transporte privados, que podemos distinguir entre los que se manejan a través de aplicación (como puede ser Uber), y los privados que se contratan directamente. En los primeros, la propia aplicación te da la opción de dejar una gratificación extra al finalizar el viaje, la que tú quieras. En el caso de los segundos, hay que calcular entre un 10 % y un 15 % sobre el valor total del servicio.

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