5 razones por las que el invierno es la mejor temporada para viajar
Tanto si quieres acurrucarte en una cabaña de madera como darte un capricho al sol del hemisferio sur, aquí te ofrecemos cinco motivos para viajar este invierno.
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El verano es sinónimo de vacaciones. Puede que sea por las largas vacaciones escolares o por esas tardes soleadas que no terminan nunca. Sea como sea, muchos nos pasamos el año ahorrando para nuestra escapada veraniega porque es lo que toca. Pero ¿dónde está escrito que el invierno no pueda ser una época perfecta para viajar también? Te damos cinco razones de peso para ir a contracorriente y hacer las maletas en los meses más fríos.
1. Es la época perfecta para relajarse y reflexionar
Las vísperas de las vacaciones pueden ser muy estresantes: suele haber más trabajo, ya que tenemos que terminar proyectos antes de que acabe el año, todo el mundo quiere quedar con nosotros con motivo de las fiestas navideñas y ni hablemos de las compras. Cuando acaban las fiestas solemos estar agotados, por lo que la ilusión de unas vacaciones es precisamente lo que muchos necesitamos.Justo después de las fiestas o durante los primeros meses del año, cuando las cosas se vuelven a calmar, planear un viaje te permitirá hacer balance del año que has dejado atrás y prepararte para la emoción de un nuevo comienzo.
2. Precios de temporada baja
Otro de los motivos por los que el invierno es la mejor temporada para rascarse el bolsillo es que podrás sacarle mucho más partido a tu dinero. La mayoría de destinos turísticos varían sus precios dependiendo de la temporada, por lo que normalmente gastas mucho más en verano que en invierno. Hazte con una ganga de temporada baja en un hotel de cinco estrellas y termina tu aventura dándote todos los lujos y caprichos que mereces. Lo mismo se aplica a los vuelos, ya que puedes reservar un vuelo barato para una escapada urbana que te costaría mucho más durante los meses más cálidos. Y así tendrás más dinero para no escatimar en las cosas que de verdad importan.
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¿Sabes lo que se siente al estar en una casa rodeada de nieve leyendo un buen libro o acurrucado junto a la chimenea? Pues eso tiene un nombre: hygge. Esta palabra proviene de Dinamarca, uno de los países con los inviernos más gélidos y, sin embargo, una de las poblaciones más felices del mundo. Y no nos extraña, ya que los daneses han perfeccionado el arte de sacarle partido al frío. ¿Te animas a probarlo?
4. Torrarse al sol del invierno
Hay gente que no soporta el invierno. Si el hygge no es lo tuyo, hay un montón de lugares en los que te olvidarás por completo de que es invierno. Puede que tengas que viajar un poquito más lejos para disfrutar del sol, pero esas horas de más valen la pena si tu destino es Cabo Verde, Tailandia, Cuba o Marruecos, que te ofrecerán días soleados y climas cálidos.
5. Ir de compras navideñas puede ser un placer
Todos sabemos lo que se siente cuando las vacaciones tocan a su fin y no hay regalos bajo el árbol; en tu casa empiezan a preguntarse si les van a traer carbón. Mientras tanto, tú vas de tienda en tienda como pollo sin cabeza intentando encontrar un regalo que les pueda gustar.Pero no tiene por qué ser así. En lugar de eso, podrías estar deambulando por las calles de Berlín o Budapest, Salzburgo o Estrasburgo, probando sus manjares navideños y encontrando el regalo perfecto para tus seres queridos. Los mercados navideños suelen ser el motivo por el que el invierno es la mejor temporada para convertir una obligación de última hora en todo un lujo reservado para unos pocos.
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