Los cinco lenguajes del dinero, al detalle
¿Eres fan del método de los sobres o eres un comprador compulsivo? Descubre los cinco lenguajes del dinero que definen los hábitos económicos de la actualidad.
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A la hora de gestionar nuestro dinero, todos tenemos ciertas manías, pero ¿alguna vez te has preguntado lo que el lenguaje del dinero dice sobre tus hábitos económicos? Puede que seas de los que ahorran guardando dinero en sobres, de los que se dan un buen capricho en momentos de estrés o puede que te guste hablar de tus finanzas con el primero que pase . Seas como seas, tus hábitos de gasto reflejan mucho más que el estado de tu cuenta, reflejan tus prioridades. Hoy te contamos cuáles son las últimas tendencias sobre el «lenguaje del dinero» para que descubras con cuál te identificas.Seguro que te acuerdas del típico truco de la abuela para ahorrar conocido como el método de los sobres, pero ¿has oído hablar de su versión modernizada? Ahora se llama cash stuffing y es así de simple: solo tienes que dividir tu dinero en efectivo en varias categorías, preparar los sobres para cada categoría con una bonita etiqueta y guardar el dinero que corresponda en su interior. ¿El dinero para la compra? ¡Al sobre! ¿Y el dinero del alquiler? ¡Al sobre con él! ¿Un modelito para tus próximas vacaciones? ¡Al sobre también! Solo podrás gastarte el dinero que haya en dicho sobre y, cuando se te acabe, ya está... ¡Ya no hay más! No vale hacer trampas y usar la tarjeta para comprar más cosas. La idea es que cada céntimo cuenta.Parte de la genialidad del sistema de cash stuffing es lo que los psicólogos llaman «el dolor de pagar», o sea, esa emoción negativa que sentimos al hacer una compra y que se intensifica cuando usamos efectivo. No obstante, no solo se trata de ahorrar dinero, sino de gastar de manera más consciente y, gracias a los sobres, podemos hacerlo de una manera concreta y muy visual. Todos hemos oído hablar del doom scrolling, o sea, la adicción a leer noticias negativas en redes sociales. Bueno, es hora de que conozcas a su gemelo todavía más malvado, el comprador compulsivo o, como diría la generación Z, un doom spender. Comprar de manera compulsiva es simplemente una vía de escape temporal del estrés que nos provocan nuestras finanzas. Cuando no nos sentimos seguros sobre nuestro futuro, el momento «añadir al carrito» puede hacernos sentir como que hemos retomado el control de la situación. Muchos de los gastos compulsivos de hoy en día están motivados por la frustración de no poder permitirnos ciertas adquisiciones típicas de la vida adulta. Si sientes que ciertas metas financieras están fuera de tu alcance, puedes acabar despilfarrando dinero en lo que te hace feliz en el momento. A fin de cuentas, las compras compulsivas reflejan el deseo de alcanzar la felicidad en un mundo lleno de desafíos. Alcanzar la felicidad a través de las compras es muy tentador, pero el verdadero empoderamiento económico consiste en lograr un equilibrio entre poder darte un capricho cuando lo necesitas y construir un futuro que puedas disfrutar.Si sientes constantemente que tus finanzas están al borde del desastre y no puedes parar de acumular efectivo, o si tiendes a despilfarrar el dinero mientras niegas la realidad de tu cuenta bancaria, probablemente estés experimentando un episodio de dismorfia financiera. Básicamente, se trata de una disociación entre tu situación económica y cómo te sientes cuando gastas. Un 43 % de milenials y personas de la generación Z han admitido haberse sentido así en algún momento. No importa cuánto dinero tengas —o no tengas—, si tienes una percepción errónea de tus finanzas, siempre sentirás que te estás quedando atrás. Para sobrellevar estos sentimientos negativos, las personas que no tienen dinero se van de compras y tiran la casa por la ventana, mientras que las que sí lo tienen no se gastan un duro ni en los productos más básicos.Pero ¿cómo puedes superar la dismorfia financiera? El primer paso será reconocer que el dinero no es algo racional, sino emocional. El segundo será cuestionar la creencia de que tener más dinero o bienes siempre es sinónimo de tener una vida mejor. Al fin y al cabo, el dinero que tienes en la cuenta del banco no define quién eres, lo importante es cómo lo aprovechas para vivir la vida que quieres. Gestionar tus finanzas en absoluto secreto es cosa del pasado. Ahora todos somos abiertos, sinceros y... bueno, también un poco escandalosos. A la hora de priorizar sus finanzas, las personas que practican el loud budgeting hablan de dinero sin tapujos y con total transparencia. Decir que no pueden ir a la quedada con amigos no es suficiente, necesitan explicar el porqué. La idea es acabar con el tabú del dinero y poder hablar abiertamente sobre él sin ningún problema.Otra de las cosas buenas del loud budgeting es que te hace ser más consciente y responsable, ya que, cuando verbalizas tus objetivos económicos, no solo te obligas a no pasarte de la raya, sino que invitas a otras personas a apoyarte en el camino. Si tus amigos y familiares entienden tus prioridades financieras, puede que hagan planes más asequibles para que puedas participar sin tener que dilapidar tus ahorros. Además, nunca se sabe, puede que les sirvas de inspiración para reflexionar sobre sus propias finanzas.Hasta hace poco, la gente no paraba de hablar del movimiento FIRE, que son las siglas de Financial Independence Retire Early, o sea, tener independencia económica y jubilarte pronto. Te suena, ¿no? Bueno, pues las cosas han cambiado. Lo que se lleva ahora es el ahorro suave, más bien conocido como soft saving. En vez de ahorrar hasta el último céntimo para hacer realidad tu sueño lejano de jubilación, con esta mentalidad te centras en el aquí y el ahora, sin preocuparte demasiado por lo que te deparará el futuro.El soft saving está cogiendo fuerza, especialmente entre las personas de la generación Z: un 75 % de ellos afirma que prefieren dar prioridad a su calidad de vida presente en vez de tener un montón de dinero acumulado en el banco para más adelante. No obstante, esto no significa que no tengan interés en ahorrar o hacer inversiones, simplemente se lo toman con más calma. En vez de hacer presupuestos como locos, contar cada euro que gastan y esforzarse por conseguir sus objetivos económicos a largo plazo a costa de su felicidad actual, prefieren centrarse en llevar una vida que encaje con sus valores. Este estilo de vida es parte de un movimiento más grande conocido como soft life, en el que la comodidad, el vivir sin estrés y el bienestar personal tienen prioridad sobre la cultura del trabajo.
Sea cual sea tu lenguaje del dinero, con N26 podrás gestionar tus finanzas fácilmente y sin estrés. Con los Espacios podrás crear varias subcuentas de ahorro, cada una vinculada a uno de tus objetivos económicos, por lo que te resultará más fácil alcanzar tus metas. Además, gracias a las notificaciones push instantáneas, estar al tanto de tus finanzas es muy sencillo, ya que recibirás un mensaje cada vez que entre o salga dinero de tu cuenta.Encuentra la cuenta que mejor se adapte a ti hoy mismo.
Cash stuffing o el arte de ahorrar con sobres
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