Cómo administran sus finanzas las parejas hoy en día
Tanto si practicas el poliamor o la monogamia, estás casad con hijos o con mascotas, el dinero es importante en toda relación. Pero la forma de organizar las finanzas varía mucho en cada pareja.
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¿Hablar de dinero con tu pareja puede hacerte... más feliz? Según estudios recientes, la respuesta, aunque parezca sorprendente, es que sí. Pero cada persona y cada relación son un mundo. Lo más importante es que las parejas entiendan sus hábitos financieros y busquen el sistema que mejor les funcione. Pero, ¿cuál es el modelo financiero que más le conviene a cada relación? ¡Sigue leyendo para descubrirlo! Toda familia se pelea de vez en cuando; a fin de cuentas, cada uno tiene su opinión, sus experiencias y expectativas. Pero hay un asunto espinoso que muchas parejas prefieren evitar: el dinero. Es curioso observar cómo se discute sobre la mejor forma de cargar el lavavajillas y nos cortamos tanto a la hora de tratar algo tan importante como las finanzas.Uno de los principales motivos es la cultura. En Alemania y muchos otros países, suele estar mal visto hablar de cuánto cobras o de tus problemas financieros. Reconocer que tienes vergüenza o envidia en este aspecto también parece inadmisible en la sociedad en la que vivimos. Esto explica por qué incluso parejas personas que llevan mucho tiempo juntas no saben cuánto gana su pareja ni qué deudas tiene. Es más, durante generaciones, los hombres han sido los únicos encargados de las finanzas familiares. Hasta 1975, en España existía la “licencia marital”, por la que, entre otras muchas cosas, no se permitía a las mujeres abrir una cuenta bancaria a su nombre sin permiso de su marido. Aunque esto nos parezca inconcebible desde nuestra perspectiva actual, el pasado sigue influyendo en la mentalidad de la sociedad (aunque sea de forma inconsciente). En muchos hogares, los padres o abuelos se ceñían al reparto tradicional de las labores domésticas. Estas antiguas normas e ideas de género siguen afectando a nuestra autopercepción, así como a nuestras relaciones. Por suerte, hay problemas como la brecha salarial de género que ya son objeto de debate público. Y, gracias a las herramientas bancarias intuitivas y la facilidad de acceso a la información, hoy en día resulta mucho más cómodo gestionar las finanzas, tanto las personales como las conjuntas.Para decidir cómo administrar las finanzas compartidas, antes de nada lo importante es analizar a fondo nuestros propios hábitos financieros. ¿Cómo manejáis el dinero cada uno? ¿Os ceñís a un presupuesto de forma rigurosa o sois más de compras impulsivas? ¿Y qué hay de vuestra mentalidad con el dinero, es positiva o negativa? Desde el estratega hasta el desenfadado, hay muchos rasgos y personalidades financieras distintas. Incluso hay gente que cree que el horóscopo puede influir en cómo manejamos el dinero. Entender bien tus hábitos personales y tus objetivos es fundamental a la hora de organizar las finanzas en pareja. Cuando conozcáis vuestros aspectos en común y vuestras diferencias, podréis encontrar la forma de organizaros que más os conviene y superar los posibles conflictos con confianza. Y es que los estudios también demuestran la importancia de una comunicación honesta cuando se tiene una cuenta bancaria conjunta. Unir las finanzas afecta positivamente a la calidad de una relación, o al menos eso sugiere un reciente estudio de la Universidad de Indiana. Esta investigación, publicada en 2023, analizó a 230 parejas recién casadas durante dos años. Descubrió que los que unían sus finanzas por completo no vieron reducida la calidad de su relación de forma significativa. Las parejas que mantuvieron sus cuentas corrientes además de la cuenta conjunta no eran tan felices como antes, según el estudio. Esto puede deberse al alto nivel de transparencia, según indica la científica y autora principal del estudio, Jenny Olson. Las personas que quieren gestionar sus finanzas juntas tienen que sentarse y hablar abiertamente, lo cual resulta esencial para que una relación funcione. Ayuda a crear un «nosotros» y un futuro conjunto. Por otra parte, cada miembro de la pareja rinde cuentas de sus gastos, lo que puede generar frustración. Sin embargo, no todas las parejas son iguales. ¿La gestión financiera en pareja realmente mejora la calidad de una relación? ¿O más bien todo lo contrario? Pues bien, si la pareja tiene problemas de comunicación o confianza, puede que administrar sus finanzas juntos también resulte complejo. Por otra parte, las personas que gozan de una buena comunicación también podrán hablar de dinero tranquilamente.El tipo de relación también influye en todo esto. Las relaciones no monógamas y otros tipos de estructuras pueden dificultar la gestión de las finanzas conjuntas, aunque ese modelo de organización sea el más adecuado en rasgos generales. Hay personas que lo hacen todo con su pareja y otras que prefieren tener su espacio personal más delimitado. Incluso algunas parejas ni siquiera duermen en la misma habitación, porque uno de ellos trabaja por turnos o ronca. Pero esta opción, en principio menos romántica, puede ser la clave para una relación más feliz para algunas personas. A fin de cuentas, dormir bien no tiene precio. Lo mismo sucede con las finanzas. Tener cuentas separadas no tiene por qué significar nada negativo. Se trata de encontrar la solución que mejor se ajuste a vosotros. Veamos algunas de las opciones. Prácticamente el 100 % de los alemanes mayores de 15 años tienen su propia cuenta bancaria, ya que este es el requisito previo para la participación e inclusión financieras. La mayoría de personas no pueden cerrar su cuenta corriente personal aunque tengan una cuenta conjunta. De hecho, según una encuesta del año 2016, tan solo el 5 % de los jóvenes de entre 18 y 29 años tenían una cuenta conjunta, mientras que el 70 % tenía una cuenta en solitario y el 24 % tenía una cuenta conjunta además de su cuenta corriente personal. Este último porcentaje era ligeramente mayor entre las personas de entre 30 y 49 años (28 %). Entre los encuestados de 50 años o más, había muchas más personas solo con cuentas conjuntas (40 %). Estas cifras reflejan lo mucho que han cambiado la sociedad y los roles de género durante las últimas décadas. Entre la generación Z y la milenial, las cuentas separadas y el modelo de tres cuentas es la opción más común.
No importa cómo queráis gestionar el dinero en vuestra relación, N26 está aquí para echaros una mano. Gracias a nuestra cuenta conjunta gratuita, podréis probar el método de tres cuentas y administrar los gastos comunes fácilmente desde el móvil. Y no solo eso: podréis domiciliar el alquiler, las facturas de internet, la luz y el agua, hacer compras pagando con el móvil o la tarjeta y aprovechar la funciónalidad de Estadísticas para analizar vuestros gastos y descubrir cómo podéis optimizar vuestro dinero.Además, con las notificaciones push en tiempo real estaréis siempre al tanto cada vez que entre o salga dinero de la cuenta. La app N26 os ofrece un acceso inmediato a vuestros extractos bancarios estéis donde estéis. Y, como titulares legales de la cuenta, los dos disfrutaréis de un control y transparencia absolutos. Tampoco hace falta que vayáis al banco a lidiar con una montaña de papeleo para abrir una cuenta conjunta: con N26 podéis hacerlo desde el móvil. Lo único que necesitáis es conexión a Internet y unos minutillos.
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Opciones para organizar las finanzas en pareja
- Las cuentas separadas son especialmente populares entre las parejas jóvenes. Tiene sentido, ya que las finanzas no desempeñan un papel muy importante al principio de una relación. Sin embargo, hay gastos que pueden gestionarse en común sin necesidad de una cuenta conjunta.
- Las subcuentas compartidas, por ejemplo, vienen muy bien cuando las parejas comparten objetivos de ahorro, como unas vacaciones. Además, las subcuentas compartidas pueden gestionarlas más de dos personas (son ideales para un viaje en grupo).
- El modelo de tres cuentas resulta útil para las parejas que conviven. Permite pagar los gastos comunes, como el alquiler, internet o las compras del supermercado con la cuenta conjunta, y utilizar la cuenta corriente de cada uno para los gastos personales (o para comprar regalos sin estropear la sorpresa).
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