Autónoma trabajando en su apartamento frente al ordenador.

Teletrabajo: 6 consejos para que saques todo el partido a trabajar desde casa

Te contamos cómo crear una rutina de trabajo para ser igual de productivo al trabajar desde casa.

6 min de lectura

Debido a la situación actual que estamos viviendo como consecuencia del coronavirus, muchas personas hemos tenido que adaptar nuestras rutinas personales y laborales de la noche a la mañana. Trabajar desde casa al principio puede resultar incómodo y raro, y es normal, ya que en nuestra mente no asociamos el estar con casa con trabajar; por eso hemos reunido estos 6 consejos para ayudarte a concentrarte y convertir cualquier rincón de la casa en tu oficina personal. Aunque ahora no puedas compartir tu día a día con tus compañeros igual que antes, ni acercarte a la máquina de café o bajar a desayunar para tomarte un descanso, tener la oficina en casa tiene ventajas sorprendentes. Si eres freelancer seguro que ya sabes de lo que hablamos, y es que hay gente que trabaja desde casa sin ningún problema. Tanto si trabajas por cuenta ajena como si no, queremos ofrecerte 6 consejos para que tener la oficina en casa no se convierta en un drama.

1. Márcate un horario y cúmplelo

Trabajar desde casa puede llevarnos a confundir los límites entre horas de trabajo y tiempo libre. Pero como seguro que ya sabes, echar más horas frente al ordenador no significa necesariamente aumentar la productividad y, por supuesto, tampoco tiene consecuencias positivas para tu salud mental.

Por eso es tan importante que nos fijemos un horario fijo cuando trabajamos desde casa y, más importante aún, es cumplirlo. Aunque ahora mismo lo único que separa tu jornada laboral de tu tiempo libre sea la distancia que hay entre la pestaña de tu email y la de Netflix, o la que hay entre tu mesa y el sofá, es esencial establecer límites para conservar la cordura en casa.

Observa en qué momento del día tienes más productividad

El requisito previo para establecer un horario fijo es saber exactamente a qué horas del día alcanzas tu mayor productividad y cuándo empiezas a perder la concentración. Para muchas personas la mañana es la franja diaria más productiva y, por el contrario, las tardes son el momento del día en el que empieza a costar más poner atención en las tareas. Para estos madrugadores, empezar la jornada temprano y trabajar hasta media tarde supone la forma más eficiente de abordar el trabajo diario. Para aquellos noctámbulos que sienten cómo su productividad se dispara a altas horas de la noche, retrasar el inicio de la jornada al mediodía, o incluso a después de comer, puede ser la mejor opción. Obviamente no todo el mundo mundo tiene la suerte de elegir; son muchas las empresas que fijan la jornada de sus empleados para poder cuadrar las agendas y conseguir que todo el personal esté disponible a la vez, especialmente cuando se trabaja en equipo.

2. Crea una rutina diaria pre-trabajo

Tanto si prefieres la mañana como si eres un animal nocturno, viene muy bien seguir una rutina fija antes de sentarte a trabajar. Puede consistir en ducharse, desayunar o hacerse un café, meditar un poco e incluso hacer algo de deporte antes de ponerse al lío. Si creas tu propia rutina fija, estás diseñando un proceso que te va a ayudar a pasar al «modo trabajo» cuando llegue el momento. Además, tener una rutina concreta puede darte tranquilidad y mayor sensación de control, algo muy recomendable para mantener la salud mental. ¿Nuestro consejo? Vístete como si fueras a la oficina; sabemos que quedarte en pijama todo el día es una tentación a la que a veces es difícil resistirse, pero si te pones la ropa de trabajo, le estarás diciendo a tu cerebro que es hora de concentrarse.

3. Establece límites claros

Establecer límites es imprescindible, especialmente si compartes tu espacio vital con otras personas que también están en casa mientras trabajas. Puede resultar imposible concentrarse si te enfrentas a interrupciones constantes por parte de las personas que conviven contigo. Si no sabes a qué nos referimos, te dejamos algunos ejemplos:

  • Pedir que no te interrumpan a ciertas horas del día: por ejemplo, si eres más productivo a primera hora de la mañana, «bloquea» tu agenda de 8 a 11 como lo harías en tu oficina.
  • Fija una hora para comer: así evitarás que haya gente haciendo ruido en la cocina mientras intentas trabajar.
  • Establece horarios fijos para charlar y ponerse al día: si no se cumple estrictamente la duración acordada, es muy fácil dejarse llevar.

Escoge un espacio concreto para tu oficina

Necesitas un espacio para trabajar sin interrupciones, un rincón en el que sientas paz y no te resulte complicado concentrarte. Una vez te hayas instalado, lo mejor es mantener ese espacio lo más limpio y despejado posible. Al igual que el escritorio de tu oficina, cuantos más trastos acumules, más difícil te resultará pensar con claridad. Nuestro consejo: ¡no te pases con los post-its!

4. Descansos a horas determinadas.

Del mismo modo que lo harías en la oficina o en un coworking, es importante fijarte un descanso para comer que dure alrededor de una hora, además de otros dos descansos de 15 minutos cada uno. Si vives con otras personas, este ratito puede ser ideal para juntarse y despejar la mente mientras coméis o charláis. Si no vives con nadie más, plantéate la posibilidad de quedar con alguien para hacer una videollamada y poneros al día. Uno de los aspectos más positivos de trabajar desde casa es que puedes dar rienda suelta a tu creatividad culinaria. ¿Tienes en mente recetas que querías probar pero para las que nunca encontrabas tiempo? Ha llegado la hora de experimentar y darle un toque de diversión a tus platos. Al fin y al cabo, comer bien y darle a tu cerebro todos los nutrientes que necesita es una de las mejores formas de aumentar la productividad y el bienestar.

5. Limita el uso de las redes sociales

Ahora que nadie te vigila, consultar constantemente las redes sociales puede ser una gran tentación, sobre todo en la situación que estamos atravesando. Da igual si las abres en otra pestaña de tu navegador o si tienes el móvil al lado las 24 horas; tanto el uso pasivo como el activo de las redes sociales disminuye la productividad en gran medida, lo que se traduce en jornadas laborales que se hacen mucho más largas de lo necesario. Otra buena idea es fijarte horas concretas para las redes sociales. Tu descanso para comer y las pausas de 15 minutos son ideales para ponerte al día con tus amistades, tu familia y el mundo en general. ¡Pero no bajes la guardia! Las redes sociales están diseñadas para crear adicción, así que, cuando acabe tu descanso, deja el móvil a un lado (o ponlo en modo avión) y cierra todas las pestañas de redes sociales de tu navegador antes de retomar el trabajo.

6. Crea una rutina post-trabajo

Igual que comienzas el día con una rutina, también viene bien diseñar otra para acabarlo, ya que te ayudará a definir con claridad la transición del trabajo al tiempo libre y podrás desconectar y relajarte de verdad. Tal y como están las cosas dada la situación actual, cuidar nuestro bienestar es la mejor medida que podemos tomar por nuestro propio bien y salud mental. Si no sabes qué actividades hacer al acabar de trabajar, aquí te damos unas cuantas sugerencias:

  • Hacer deporte con vídeos de YouTube. Puedes seguir clases de yoga, HIIT, baile...
  • Meditaciones guiadas como las que ofrece la app de Headspace.
  • Cocinar recetas sanas y creativas.
  • Leer los libros que llevas meses posponiendo.
  • Hacer videollamadas con tus amigos.

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