Las huchas de cerdito han evolucionado y ahora tu yo adulto puede ahorrar de forma “seria” y organizada con las subcuentas bancarias. Y no, no hace falta que destroces el cerdito, puedes quedártelo como decoración.
Las huchas siempre han sido una forma simple y efectiva para ahorrar dinero (y también para sentirte bien haciéndolo). Probablemente tuviste una durante tu infancia y puede que la rompieses antes de lo previsto para comprar aquello que tanto deseabas.
Obviamente hablamos de las huchas de cerdito, esa figura de porcelana con una pequeña ranura en la espalda por la que se podían meter monedas, pero no sacarlas, y que casi siempre se encontraba en la parte superior de la estantería. La invención de la hucha ocurrió hace ya muchos años y desde entonces ha ido cambiado de forma. Las subcuentas bancarias no son más que una actualización de esta antigua tradición de almacenamiento. A día de hoy, apartar dinero sigue siendo una de las formas más efectivas de ahorrar.
¿Cómo funcionan las subcuentas, por qué son tan flexibles y cómo pueden incentivarte a establecer objetivos de ahorro y ceñirte a ellos?
Una cuenta bancaria dentro de tu cuenta bancaria
Las subcuentas son pequeñas cuentas de ahorro que se encuentran dentro de tu cuenta bancaria principal. Son como el compartimiento extra de un archivador: organizan tu dinero igual que un libro se organiza por capítulos.
Sea cual sea el uso futuro de tu dinero, las subcuentas te ayudan hoy a organizar tus finanzas. En vez de tener todos tus gastos en una misma cuenta corriente desde la que realizas todos tus pagos, las subcuentas te dan la posibilidad de “dejar fuera del alcance” una parte de tu dinero. Las subcuentas no tienen costes ni cantidades mínimas, ya que eso supondría llevarse parte de tu dinero y dificultaría el ahorro en sí.
Flexibilidad para tus finanzas, con subcuentas
Lo mejor de las subcuentas es lo fácil que resulta usarlas y, cómo no, la seguridad. En los EE.UU. muchos bancos te permiten crear diversas subcuentas dentro de tu cuenta principal, de esta manera te permiten mover dinero de un lado a otro. Por supuesto, tu dinero sigue estando accesible por si acaso un día lo necesitas.
En España, sin embargo, las subcuentas no son muy comunes. ¿Por qué? Pues porque los bancos no han apostado por ofrecer un espacio de ahorro gratuito y han decidido priorizar otros temas.
El poder de los proyectos
Seguro que tienes algún proyecto que te encantaría llevar a cabo. Puede que sea comprar una casa o hacer un viaje por el mundo. Entre desearlo y hacerlo realidad hay una gran diferencia. Lo primero que hay que hacer para que algo sea realidad es ponerle nombre. Ahí es cuando empieza a ser un proyecto.
Pongamos que estás tratando de ahorrar para el pago inicial de tu nueva casa: abres una subcuenta y escribes “pago inicial para la casa de mis sueños”. Y al día siguiente es el lanzamiento del nuevo iPhone. Un iPhone sin rasguños y con la pantalla más grande que nunca. Te preguntas si puedes permitírtelo, entras en tu cuenta y compruebas el saldo disponible. No hay suficiente. Sin embargo, en la subcuenta “pago inicial” sí que hay dinero suficiente. Pero sabes que ese dinero no es para un móvil nuevo, sino para otro proyecto: tu hogar. Y efectivamente, no se te ocurre tocarlo.
El comprometerte con algo — cualquier cosa — requiere fuerza de voluntad. El hecho de organizar tus finanzas poniéndote objetivos alcanzables le da sentido, te hace sentir que tienes un rumbo fijo. Además, evita que actúes en contra de tus propios objetivos.
Cómo ahorrar con subcuentas
Hay muchas fórmulas para ayudarte a organizar tus finanzas, pero debes buscar la que te funcione a ti. Sabes perfectamente cuánto quieres gastar en ocio, salir a comer o ir al cine. Así que sé flexible. Sabes lo que quieres pero, ¿sabes cómo conseguirlo?
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